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Mostrando entradas de febrero, 2013

Nadie está seguro.

Ayer no hubo post por mi incapacidad para afrontar lo sucedido. Mi amiga, mi compañera, mi "niña", fue víctima de una brutal agresión, en pleno día, en un lugar céntrico y público, por parte de uno de nuestros "clientes". Uno de esos h.j.s d. p.t. a los que a diario dedicamos nuestros desvelos, conocimientos y pericia profesional. Siempre he sentido esa especie de "respeto" que los delincuentes tenían hacia nosotros. Eso me inspiraba tranquilidad y confianza como para entrevistarme a solas con ellos, para no sentir miedo aunque no sean pacíficos, por esa interconexión entre defensor y defendido. Eso se ha roto como un cristal hace treinta y seis horas. No ha sido un usuario descontentó que te suelta una fresca al salir de sala. No, ha sido un cuchillo de cocina enorme al lado del cuello, un corte en la mano y un intento de ir a órganos vitales que se frustra. Mi amiga se identificó como Abogada del Turno de Oficio, y el delincuente, recién salido de

Los vicios son malos

Ayer estaba desesperada por culpa de un Recurso. La culpa es exclusivamente mía. No me estudié en profundidad la reforma de la LEC operada por la Ley 37/2011, me limité al trazo grueso y pasé por alto la nueva redacción dada al apartado primero del artículo 455: "Las sentencias dictadas en toda clase de juicio, los autos definitivos y aquéllos otros que la Ley expresamente señale, serán apelables, con excepción de las sentencias dictadas en los juicios verbales por razón de la cuantía cuando ésta no supere los 3.000 euros." Menos mal que mis amigos leéis mi blog y me sacáis los colores. Gracias Sara.

Bloqueo.

Estoy bloqueada, completa, absoluta y totalmente. Intento poner en pie una apelación insostenible. Ya me costó formular, en su momento, la demanda de juicio verbal de reclamación de 325 €. Nunca he estado convencida, ni jurídica ni facticamente del asunto. Un incumplimiento contractual no se puede recompensar por vía jurisdiccional. Y eso es exactamente lo que se me pide. No soy capaz de pergeñar ninguna argumentación coherente para salir del paso con un cierto decoro, al menos intelectual. No me apetece que la Audiencia crea que soy una impresentable incapaz de ofrecer un discurso lógico, en lugar de una gran sarta de bobadas. En resumidas cuentas, no quiero presentar esa apelación.

Locura.

Llevamos una vida en la que nos es imposible prestar atención completa a todo lo que nos traemos entre manos. Demasiadas pocas cosas nos ocurren a diario, considerando las perentoriedades habituales entre las que nos desenvolvemos. Un bombero tiene un fuego que apagar cada vez. Un cirujano opera a un sólo paciente por intervención. Un ebanista talla sólo una madera. Nosotros, en cambio, en una sola jornada laboral intervenimos en siete asuntos diferentes, de siete clientes distintos. A veces nos pasan cosas raras y cualquier día vamos a perder nuestra propia cabeza.

Recurso innecesario.

Hace unos días me notificaron una sentencia que mi cliente me obliga a apelar. Un par de meses atrás, en otro asunto, esta vez penal, y por las mismas razones, era de oficio y capricho del usuario, tuve que recurrir otra sentencia. Lo hice sin fe y sin apoyatura judicial ni legal, por lo que el resultado ha sido el previsible, como sucederá con el nuevo. Eso en mi humilde opinión es un despilfarro de dinero público, si no roza la malversación, no hay fundamento para la pretensión, pero goza del beneficio de justicia gratuita, por lo que es plenamente impune para forzar la maquinaria y atascar los Juzgados y las Secciones de la Audiencia, si mis ejemplos los extrapolamos a los mil y pico abogados del turno de oficio en Badajoz y las decenas de miles del resto del país, qué tenemos? montañas de dinero de todos que se desperdician por la voluntad de los "beneficiarios del derecho a la justicia gratuita". A mi me suben los impuestos, directos e indirectos, me obligan a pagar un

Escritos de defensa.

Los abogados defensores tenemos dos maneras lógicas de formular nuestros escritos de conclusiones provisionales. La primera y más común, en la que no nos metemos en charcos de difícil salida, cuando el asunto es de oficio, y nunca hemos visto ni hablado con el cliente, es el archiconocido:"Niego la correlativa. Niego la correlativa. Niego la correlativa. Niego la correlativa..." Y a proponer las tres pruebas que no incriminan directamente a nuestros clientes. La segunda, es la del trabajo serio y duro, aquella en la que nos curramos el relato de hechos, que conocemos al dedillo porque nuestro cliente nos ha relatado todo lo sucedido con un prolijo lujo de detalles, en el que ponemos lo mejor de nuestra ciencia para desmontar el tipo que se le imputa y en el que somos nosotros los de la batería probatoria exculpatoria. Me gustan más, me siento más orgullosa de los segundo, pero los primeros tienen el encanto de la sencillez y la rapidez. Cada uno tendrá sus propios gustos.

Qué mala noche!

No he dormido prácticamente nada esta noche, a cada rato me he despertado sobresaltada por un inexistente recurso que, según mi imaginación, tengo que presentar. Vaya, lo mío parece obsesión, ni siquiera en puente descanso!!!. FELIZ MARDI GRAS

Dilema

A veces las resoluciones judiciales plantean al cliente un dilema personal y afectivo de difícil solución. Y el problema es que, además de abogados somos seres humanos y afrontamos la salida de la disyuntiva desde nuestros propios prejuicios, convicciones e ideas. Yo tengo claro que hacer, pero carezco de más implicación emocional, y me baso en hechos fríos y perspectivas razonables. Pero creo que el cliente, en este punto, debe consultar con un experto en emociones. Se lo he recomendado. Veremos qué sucede.

Leer a medias.

Esta mañana, y parte de la tarde, las hemos tenido que emplear, un compañero, su alumno, mi alumno y yo recurriendo una resolución dictada por leer a medias un artículo de la Ley de Enjuiciamiento Civil. Si todos, empezando por mi, y terminando con el Presidente del Tribunal Supremo, hiciéramos lecturas comprensivas (si, de las de después redactar el comentario de texto) seguro que nos ahorrábamos muchos recursos y malentendidos. Se evitaría la sensación habitual que me embarga con determinadas resoluciones, si reduzco al absurdo el contenido de la misma, la Sala estima "procedente" que s un tercero paga por un condenado, se entiende que paga el condenado. Así, esta tarde me rondaba la idea, sentada la premisa anterior, de ofrecerme a cumplir unos meses de prisión en lugar de un narco, a cambio de un "módico" precio, que la situación está muy fastidiada en lo crematístico. ;))))

Bien!!

Hoy he tenido acceso a una buena noticia. El Fiscal pide el sobreseimiento para un cliente mío. Bien, se va a hacer Justicia, este asunto se abrió porque alguien hizo demasiado caso a un crío. Sin embargo, en otras ocasiones NADIE escucha a los niños que sí deberían ser oídos, y no me refiero sólo a la Policía, también a los Jueces, los Equipos Técnicos de Apoyo, o como quiera que se llamen ahora, ni siquiera los especialistas de los Puntos de Encuentro. Los padres que se encuentran en esa situación no tienen dónde acudir, ni los acometidos por sus hijos, ni los que tratan de defenderles de quienes les atacan. Vivimos en la sociedad de los despropósitos, ni podemos protegerles ni podemos defendernos. Me voy a quedar con lo bueno, hoy se ha hecho Justicia, espero que sea un precedente.

Novedad.

Por primera vez en mi carrera profesional me voy a enfrentar al reto de transmitir lo que se, lo que he aprendido. Debería convertirme en un buen modelo a imitar, aunque se que no estaré a la altura. Me gustaría poder hacerle ver mi pasión por nuestro trabajo y que sea capaz de odiarlo y amarlo a partes iguales, como hago yo. Y me encantaría que no cometiera ninguno de mis errores, que ponga distancia, la justa, con los resultados, pero que se implique lo suficiente por comprender que trabajamos con personas. Hay expedientes, pero detrás está, siempre, un ser humano que siente, cada cosa, por ser "su" problema. Sólo al final sabremos si he conseguido alguno de mis objetivos.

Halladas

Llevaba varias semanas tras la pista de unas Previas de una cliente, quien presentó el 17 de diciembre una denuncia, durante las Navidades las buscamos, pero no aparecieron, y hoy, en un último intento desesperado, con la copia, he probado en un Juzgado de Instrucción, y por pura casualidad, estaba allí, aunque no les correspondía por fecha, y acababan de archivarlo con reserva de acciones civiles. Es curioso, al llegarles el atestado policial, debieron remitirlo al Juzgado competente, y ni por fecha de presentación de la misma, ni por la de ocurrencia de los hechos, debieron incoarlas, era sí o si competente el Instrucción de al lado, sin embargo, se lo "apropiaron" y lo ha sobreseído, así, porque ella lo vale. Este no es más que un nuevo ejemplo de la incompetencia global, instructora y procesal de la susodicha. ¡Y que no tenga pensado moverse!