Sin respeto

Esta mañana he vuelto a tener la sensación de que nadie en la Administración de Justicia, ha comprendido aún que los abogados SOMOS IMPRESCINDIBLES.
A las 9 y media de la mañana me llama un cliente, y me dice, "me acaban de llamar...tengo que estar a las 10 en el Juzgado". Me he espantado al oirlo, yo estaba a más de 100 km de allí, sólo habría llegado si hubiera sido Tabatah (la de Embujada, si la serie americana de los años 60 en que la protagonista se desplazaba moviendo la nariz) o hubiera tenido a mano los polvos Flu de Harry Potter. Como no soy una bruja y las reservas de polvos transportadores se me acabó el mes pasado...he tenido que improvisar una solución realista.
He llamado al Juzgado, y le he explicado claramente al funcionario, que me encontraba en literalmente "a tomar por saco del Juzgado", que mi cliente elige un abogado de su confianza donde tiene por conveniente y que era inasumible que se nos citase con media hora de antelación, pues en cualquier caso tengo que preparar a mi defendido para lo que va a suceder en la oficina judicial.
Dado que el que respondió al teléfono carecía de cualquier capacidad de maniobra, he tenido que esperar a que Su Señoría acudiera a las 9:50 a su puesto de trabajo, para, debidamente informado, por una vez, y sin que sirva de precedente, el Juez decidiera que podemos hacer lo mismo que hoy, mañana a las 10.
Pero el problema no está en que me lo hayan cambiado, lo está en que han señalado cuando les ha parecido, es decir cuando ellos han llegado a la sede judicial, sin pensar en nada ni en nadie, sin respetar que los que allí acudimos somos personas.

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