Tener la fuerza.

Llevo mucho años en el Turno de violencia de género, y muchos más asistiendo a víctimas de malos tratos en el ámbito doméstico, desde cuando no era un delito, y en Comisaría y en el Cuartel, te decían que esos temas se ventilaban en casa.
Y siempre he tenido el convencimiento y así lo he intentado transmitir a cada una de mis víctimas (las auténticas) que dan el paso cuando están preparadas, ni antes ni después.
Muchas, demasiadas veces, ya que todo ha acabado, se lamentan de no haber dado el paso antes, y siempre les replico que cuando lo han hecho es en el momento oportuno.
Cada víctima necesita su tiempo, su espacio y su convencimiento. Sólo al llegar a la conjunción de todos los elementos, están preparadas para contar a los desconocidos, Polícía, abogados, Juez, las más privadas intimidades de su relación de pareja. 
Aquí y ahora, tienen reunidas las fuerzas imprescindibles para dar uno de los pasos más díficiles y terribles de sus vidas.
Sus hijos, sus padres, un policía, una vecina, un psicólogo, un hecho estúpido, cualquier cosa puede ser el detonante en el que encuentren los arrestos, siempre dentro de sí mismas, para salvarse ellas y sus hijos. Ese día de víctimas, se convierten en supervivientes.    

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